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La hemofilia es una enfermedad genética cuya aparición después del nacimiento no se puede prevenir. Lo que sí se puede hacer es prevenir las situaciones que comportan un riesgo de traumatismo y por tanto de hemorragia


 

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La prevención de la hemofilia una vez diagnosticada se basa en evitar los traumatismos por pequeños que sean y acudir al médico inmediatamente en cuanto se presente dolor o haya habido alguna lesión para iniciar el tratamiento lo antes posible, con el objetivo de controlar la hemorragia y de prevenir las complicaciones a largo plazo, en particular en articulaciones y músculos.

Tan pronto como un niño sea diagnosticado de hemofilia, los padre deben tomar precauciones para prevenir o reducir la aparición de hemorragias. La mayoría de las siguientes recomendaciones también pueden aplicarse a los adultos con hemofilia:

- Escoger juguetes blandos con cantos redondeados. La ropa puede ser acolchada si los hematomas son frecuentes cuando el niño aprende a caminar

- Educar a los niños y a sus hermanos, hermanas y amigos sobre la hemofilia desde una edad temprana. Los padres deben estimular el desarrollo normal del niño a través del juego con otros niños

- Seguir el programa de vacunaciones recomendado en su zona, recordando que las inyecciones deben administrarse por vía subcutánea y no intramuscular. Debe aplicarse presión durante 5 minutos tras la inyección

- La vacuna de la hepatitis B es muy recomendable puesto que algunos productos sanguíneos todavía transmiten virus. También se recomienda la vacunación frente a la hepatitis A
Cepillarse los dientes de forma regular y visitar al dentista periódicamente para prevenir las enfermedades dentales y de las encías. Esto es muy importante puesto que la mala higiene facilita las infecciones y las hemorragias de las encías. Si es posible, elegir un dentista con conocimientos sobre hemofilia. Los suplementos de flúor pueden ser recomendables para prevenir las caries dentales
- Mantener una actividad física regular y activa produce beneficios. Los músculos fuertes soportan mejor las articulaciones y reducen el número de hemorragias. Esto es muy importante en zonas donde los productos sanguíneos no están fácilmente disponibles

- Actividades como la natación, el ciclismo y caminar, que causan relativamente poco estrés sobre las articulaciones son especialmente recomendables, pero se pueden practicar muchos otros deportes. Los deportes de contacto como el boxeo o el rugby no se recomiendan a causa del riesgo de lesión en la cabeza o el cuello

- Pregunte a su médico, fisioterapeuta o enfermera en cuanto a un programa de ejercicios o a consejos para la práctica de un deporte o de actividades para usted y su hijo.